El cosmonauta (2013) es una película española escrita y dirigida por Nicolás Alcalá que cuenta la historia de Stas (Leon Ockenden), un cosmonauta ruso que se prepara junto a su amigo Andrei (Max Wrottesley) para viajar al espacio. En Star city, la base de entrenamiento espacial, conocen a Yulia (Katrine de Candole), una técnico de comunicaciones que supondrá un cambio en la vida de los dos amigos.
Meses antes de estrenarse ya se hablaba en internet y en medios de comunicación sobre El cosmonauta. El por qué lo encontramos en su financiación, obtenida en gran parte mediante crowdfunding, una forma de financiación colectiva basada en donaciones desinteresadas de internautas, que a cambio reciben pequeñas recompensas (nunca económicas) como aparecer en los créditos de la película o conseguir chapas, pegatinas y demás merchandising. Mediante crowdfunding, Nicolás Alcalá y su equipo, han conseguido recaudar más de 500.000€ con la ayuda de alrededor de 5.000 personas, lo que convierte a El cosmonauta en uno de los proyectos audiovisuales de mayor tamaño financiados de esta manera. El cosmonauta traspasa las fronteras que normalmente delimitan una película, va más allá de los 80 minutos que dura, es un nuevo concepto de cine en el que el espectador puede participar de manera activa incluso antes de rodarse el largometraje.
Dejemos a un lado el aspecto económico de la película y centrémonos en el aspecto cinematográfico. El cosmonauta es un filme que está construido de una forma un poco mareante, pues alterna dos tramas distintas de manera algo confusa con el propósito de imprimir ritmo a la narración. Ese ritmo, fruto de la alternancia de secuencias, queda bastante vacío si tenemos en cuenta lo poco que duran las escenas, lo cual se convierte en un obstáculo a la hora de profundizar en la historia y en los personajes. También hay una gran cantidad de planos que dicen más bien poco, planos con una espléndida fotografía que intentan aportar cierto tinte poético a la película pero que se quedan a mitad de camino.
La película en sí es bastante olvidable, lo que no es olvidable es el modo en el que está financiada y todo lo que ha creado a su alrededor. Este nuevo concepto de cine que representa El cosmonauta puede ser una alternativa a la hora de sacar adelante proyectos que si dependieran únicamente de las fuentes de financiación tradicionales nunca verían la luz.
Nota: 5/10.
P.D.: La película puede verse de forma gratuita desde su página web.
Meses antes de estrenarse ya se hablaba en internet y en medios de comunicación sobre El cosmonauta. El por qué lo encontramos en su financiación, obtenida en gran parte mediante crowdfunding, una forma de financiación colectiva basada en donaciones desinteresadas de internautas, que a cambio reciben pequeñas recompensas (nunca económicas) como aparecer en los créditos de la película o conseguir chapas, pegatinas y demás merchandising. Mediante crowdfunding, Nicolás Alcalá y su equipo, han conseguido recaudar más de 500.000€ con la ayuda de alrededor de 5.000 personas, lo que convierte a El cosmonauta en uno de los proyectos audiovisuales de mayor tamaño financiados de esta manera. El cosmonauta traspasa las fronteras que normalmente delimitan una película, va más allá de los 80 minutos que dura, es un nuevo concepto de cine en el que el espectador puede participar de manera activa incluso antes de rodarse el largometraje.
Dejemos a un lado el aspecto económico de la película y centrémonos en el aspecto cinematográfico. El cosmonauta es un filme que está construido de una forma un poco mareante, pues alterna dos tramas distintas de manera algo confusa con el propósito de imprimir ritmo a la narración. Ese ritmo, fruto de la alternancia de secuencias, queda bastante vacío si tenemos en cuenta lo poco que duran las escenas, lo cual se convierte en un obstáculo a la hora de profundizar en la historia y en los personajes. También hay una gran cantidad de planos que dicen más bien poco, planos con una espléndida fotografía que intentan aportar cierto tinte poético a la película pero que se quedan a mitad de camino.
Nota: 5/10.
P.D.: La película puede verse de forma gratuita desde su página web.
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